Poemas

Si también te gusta la poesía, deberías echarle un vistazo a mi blog de poemas: Gris pradera verde

Un día de trabajo

Despertó una mañana, se miró al espejo. No quedaba nada de lo que había sido… esa sensación de estar vivo, se la había llevado el pasado, y había dejado un montón de huesos sin corazón. ¿Se sentía solamente vacío por dentro? ¿O había algo más? Escogió la ropa con cuidado, hoy quería estar elegante. Los cereales en un pequeño bol de leche convencieron parcialmente a su estómago, que horas más tarde se vería necesitado de un pequeño café. ¿Su estómago? ¿A quién quiero engañar? La que pedía café era su cabeza, harta de andar de un lado para otro, calculando, procesando… Y es que el suyo no era un trabajo cualquiera, él era un agente de la BSE, y de él dependían las vidas de miles de personas que ni tan siquiera conocía.
El trabajo de hoy era sencillo, sólo tenía que transportar en riguroso secreto un cargamento por una carretera de cabras. Por supuesto, no se le permitía conocer cuál era el cargamento ni cuál era su fin. Emprendió su ruta desde un pueblo al que fue transportado con los ojos vendados. No había nombres, él no era nadie, y nadie era nadie para él.
El tiempo del que disponía eran dos horas. Cuando llevaba media hora conduciendo, oyó ruido en la parte de atrás del camión. Sin demasiada prisa, paró a un lado y se dirigió a la parte trasera. Quizás alguien se intentaba apoderar del cargamento mientras él conducía. Al llegar a la parte trasera, observó como una sombra corría y desaparecía entre la hierba. No parecía que llevase carga alguna. La puerta del camión estaba abierta, y en su interior no había nada.
···
-Sí señor, yo estaba dando una vuelta por el bosque cuando lo vi.
-¿Podría explicar a todos los presentes que fue exactamente lo que vio a toda la sala?
-Pues, era un hombre, de complexión fuerte, parecía tener sobre treinta y cinco años. Transportaba una cajita de madera. Me llamó la atención porque iba completamente trajeado. Más que caminar, corría. En esa zona no suele verse a mucha gente, ¿sabe usted?
···
No podía imaginarse como había desaparecido un cargamento entero en tan sólo unos segundos. Examinó el interior con cuidado, ni huellas de tierra, ni nada. Salió del camión. EL paisaje había cambiado, el camino no era el mismo, este estaba peor pavimentado y la vegetación era más tropical. ¿Qué narices estaba sucediendo? Este trabajo lo mataba cada día más.
···
-¿Qué ocurrió entonces? Pues me había decidido a seguir a aquel hombre, cuando detrás de mí oí un ruido fuerte, en el camino había ahora un camión, a escasos metros, que había aparecido de la nada. Me escondí para observar como de la parte trasera descendía un hombre flaco, con cara enfadada.
···
Estaba sucediendo de nuevo… un día más de trabajo. Se alejó un poco del camión para observar bien la zona. Al girarse, observó entre los matorrales a un hombrecillo pequeño. El hombre pareció asustarse porque echó a correr. Quizás ese hombre sabía algo sobre la misteriosa figura que había robado el cargamento. No podía dejarlo escapar…
···
-El hombre empezó a perseguirme, estaba asustado… corrí sin ver por dónde. Apenas había avanzado unos metros cuando el hombre me dio alcance y me derribó.
-¿Tiene alguna prueba de ello?
-Por supuesto… mi pierna… - el hombre levantó la manga del pantalón, pero su pierna no tenía ninguna marca -. No lo entiendo… pero si estaba ahí…
···
-¿Has visto a alguien por aquí?
-S… Sí, señor… u… un hombre, con una cajita.
-¿A dónde se dirigía?
-Desapareció entre la hierba, señor.
-¿En qué dirección?
El chico señaló, y él salió corriendo en esa dirección.
¿Una cajita? Sería probablemente otro de esos experimentos que habían dado mal resultado… Si alguien se apropiase de ellos tendría todo tipo de armas desconocidas por el resto de la humanidad en su poder. Había que coger al ladrón antes de que fuese demasiado tarde.
···
-Sí, señor… lo seguí. Todo aquello me resultaba muy misterioso. Llegamos a un claro y él se encaró con el tipo de la caja, que lo esperaba al final del mismo.
-Ya… ¿Y qué se supone que pasó entonces?
-Hubo un par de puñetazos, la caja cambió de manos varias veces y fue a parar al suelo delante de mí. La cogí, y la observé con cuidado. Era de madera, lo recuerdo bien, con unas letras en madera que rezaban: “X-565-B”. La abrí.
···
No veía ya la caja… los golpes de su enemigo cesaron poco a poco al igual que los suyos. Se giraron y observaron a un espectador inesperado, con la caja en las manos, a punto de abrirla.
-¡No! – gritaron ambos a la par, pero era demasiado tarde.
La zona se oscureció, y de todas partes salieron agentes armados. Apresaron al hombre y se dirigieron hacia él y su enemigo.
-Agente 452, una actuación excelente. Agente 475, le presento al agente 452. Está usted suspendido del cargo durante dos meses por perder la mercancía y dejar que caiga en manos de un civil.
-¿Qué será de él?
-Nosotros nos ocuparemos.
···
-¿Y a dónde lo llevaron aquellos hombres?
-Me montaron en un furgón, y no recuerdo nada más.
-Los agentes lo encontraron tirado delante de la comisaría – añadió el abogado.
-Hemos revisado la zona, y no hay rastro de hombres, de camiones, ni de nada por el estilo. No hay ni huellas, ni marcas… Este caso está cerrado. Este hombre ha aparecido en la calle, manchado de sangre, con un cuchillo en la mano y un cadáver a su lado. No tiene pruebas de que nada de lo que dice sea cierto. Para mí está muy claro señoría.
-Perdone, ¿podría ver la foto del cadáver?
El abogado le extendió la foto, y pudo ver, con asombro, el cuerpo sin vida del agente 475.
···
-Lo sentimos agente… pero aquí no hay suspensiones. No podemos arriesgarnos a que personal ajeno a la organización nos conozca.
Y notó como un cuchillo le atravesaba el estómago…
El Jüsticiero Misteryoso

1 comentario:

  1. El relato David, también me lo he leído y
    no se puede quedar sin mi comentario, yo lo
    califico con un notable, acompañado de mi
    felicitación sincera.
    Un abrazo
    Ángel-Isidro

    http://elblogdeunpoeta.blogspot.com/

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